El Ejercicio
Ayuda en Muchas Formas a Reducir los Tumores y a Combatir el Cáncer
Marzo 4, 2016 | 8,596 vistas
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Por el Dr. Mercola
La
evidencia convincente sugiere que hacer ejercicio es un componente importante
para la prevención y cuidado del cáncer; ayuda a tener menor riesgo de
aparición y reaparición de cáncer, y mejora sus posibilidades de tener una
recuperación exitosa.
Un
patrón revelado en estos estudios es que, entre más ejercicio haga, más
pronunciados serán los beneficios. Los estudios muestran que tanto los hombres
como las mujeres que se ejercitan durante sus primeros años tienen un menor
riesgo de desarrollar cáncer en el futuro.
Pero
como la mayoría de las cosas en la vida, también se debe hacer ejercicio de forma
balanceada y con moderación. Existe un punto ideal y hacer ejercicio de forma
excesiva puede ocasionar una serie de problemas; sin embargo, la mayoría de las
personas en los Estados Unidos están muy lejos de tener este riesgo.
De
acuerdo con un documento realizado en el 20031 el cual se publicó en la revista Medicine
& Science in Sports & Exercise, "se han publicado más de
100 estudios epidemiológicos relacionados con la prevención del cáncer y la
actividad física".
Los
autores señalan que:
"Los datos son claros al mostrar que las
mujeres y los hombres activos físicamente tienen aproximadamente un riesgo de
30 a 40 % menor de desarrollar cáncer de colon, en comparación con las personas
inactivas...
En relación al cáncer de seno ,
existe una evidencia razonablemente clara de que las mujeres activas
físicamente tienen aproximadamente un riesgo de 20 a 30 % menor, en comparación
con las mujeres inactivas.
También, parece que se necesitan de 30 a 60 minutos
de actividad física moderada a vigorosa para tener un menor riesgo de cáncer de
seno, y también es que probablemente existe una relación dosis-reacción".
Las
Células Inmunológicas Que Dependen de la Adrenalina Reducen los Tumores
Muy
recientemente, la investigación2,3,4, publicada en Cell Metabolism
mostró que los ratones activos experimentaron un desarrollo 50 % menor de
tumores, en comparación con los ratones inactivos. Se considera que el
mecanismo detrás de esta notable incidencia está relacionado con la descarga de
adrenalina que ocurre durante el ejercicio de alta intensidad.
La
adrenalina ayuda a mover a las destructoras células inmunológicas naturales
(NK) en los tumores que se encuentran en los pulmones, el hígado, y la piel,
donde ellas trabajan destruyendo y eliminando a las células cancerígenas.
Para
probar esta teoría, los investigadores inyectaron adrenalina a los ratones.
Como se predijo, descubrieron que esto ocasionó que las células NK se movieran
en el torrente sanguíneo, y que cuando estuviera presente un tumor, las células
NK se infiltraban en este.
Posteriormente,
para confirmar la relación entre las células NK y la reducción de los tumores,
ellos utilizaron especialmente ratones que no tenían células NK. Para estos
ratones, hacer ejercicio no tuvo efecto en los tumores.
Bloquear
el flujo de adrenalina tuvo el mismo efecto --los tumores permanecieron,
incluso cuando los ratones habían hecho ejercicio. Como lo reportó el Medical
News Today:5
"El vínculo entre la movilización de las
células NK dependientes de la adrenalina y la infiltración en el tumor, fue
identificado como la molécula inmunológica de señalización, IL-6. Se
sabe que el tejido muscular libera IL-6 durante el ejercicio.
Lo que sorprendió a los investigadores fue que la
adrenalina específicamente requirió a las células NK sensibles a la IL-6, y que
las moléculas IL-6 ayudaron a guiar a la células inmunológicas hacia los
tumores". [El
énfasis es mío]
El
Ejercicio Es un Poderoso Preventivo Contra el Cáncer
Mientras que la reducción exacta del
riesgo varía entre las investigaciones, la documentación muestra
consistentemente que hacer ejercicio ayuda a tener un riesgo menor de una
variedad de tipos diferentes de cáncer, y a menudo en un grado significativo.
Los hombres que permanecieron en forma a mediana
edad, tuvieron un riesgo 55 % menor de cáncer de intestino después de los 65
años de edad.
También, en la mediana edad, los altos niveles de fitness cardiorrespiratorio (CRF, por sus siglas en inglés) ayudaron a los hombres a sobrevivir al cáncer, al tener un riesgo de casi un-tercio (32 %) menor de morir de cáncer de pulmón, de intestino y de próstata |
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Las mujeres con antecedentes de hacer ejercicio
en un promedio de 1.33 horas por semana durante sus años de adolescencia,
tuvieron un riesgo 16 % menor de morir por cáncer, y un riesgo 15 % menor de
mortalidad por todas las causas.
Aquellos que fueron activos en la adolescencia y que mantuvieron el hábito de hacer ejercicio en la edad adulta, tuvieron un riesgo 20 % menor de muerte por todas las causas. |
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En los ratones, el ejercicio aeróbico disminuye
el desarrollo de los tumores de cáncer de seno. A través de una mayor
oxigenación en el tejido, también hay una mayor efectividad en el tratamiento
de quimioterapia.
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Un análisis sistemático de siete estudios en
grupos y 14 estudios de casos de control, descubrió que la actividad física
reduce el riesgo de cáncer de seno, particularmente en las mujeres postmenopáusicas.
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Los ratones que hicieron ejercicio en una banda
motorizada diariamente durante una hora, cinco días por semana, por 32
semanas, experimentaron meno incidentes de cáncer hepático (carcinoma hepatocelular)
a diferencia de los ratones sedentarios.
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Se demostró que hacer ejercicio transforma a las
células T en una forma más efectiva para combatir enfermedades, llamada
célula T "naive", las cuales estimulan la habilidad de sus células
inmunológicas para combatir a las células cancerígenas que ya existen y a las
nuevas. Esto ayuda a explicar porque hacer ejercicio es tan benéfico para le
prevención y el tratamiento contra el cáncer.
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En los hombres, el entrenamiento con pesas disminuye el
riesgo de morir por cáncer en un 40 %.
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En las mujeres, la actividad vigorosa a la edad
de 12 años se relacionó con un menor riesgo de cáncer de seno durante las
etapas pre y post menopausia
Las mujeres que hicieron ejercicio moderado durante en su adultez también tuvieron un riesgo significativamente menor de tumores postmenopáusicos. |
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Las mujeres que estuvieron activas en el hogar
durante el día, que se involucraron en levantar o llevar cosas pesadas en vez
de pasar la mayor parte del día sentadas, tuvieron un riesgo 38 % menor de
cáncer de seno invasivo.
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El
Ejercicio Mejora las Tasas de Supervivencia del Cáncer y Disminuye la
Reaparición
En
caso de que llegara a tener cáncer, no caiga en el viejo mito de que descansar
es la mejor medicina. Por el contrario, hacer ejercicio ha demostrado tener un
impulso significativo en sus probabilidades de recuperación y supervivencia.
Por
ejemplo, un estudio de Harvard realizado en el 200519 descubrió que los pacientes con
cáncer de seno que hicieron ejercicio moderadamente de tres a cinco horas por
semana disminuyeron a la mitad sus posibilidades de morir por cáncer, en
comparación con los pacientes sedentarios.
De
hecho, cualquier cantidad de ejercicio a la semana aumenta en algún grado las
posibilidades de supervivencia de los pacientes con cáncer de seno, y este
beneficio permaneció constante independientemente de si las mujeres fueron
diagnosticadas de forma temprana o después de que su cáncer se expandió.
Se
ha demostrado que hacer ejercicio minimiza los efectos secundarios de las
terapias convencionales de cáncer, y mejora la calidad de vida de los pacientes
con cáncer.
Un
análisis reciente20,21 de
16 estudios, descubrió que a nivel global, los pacientes con cáncer que fueron
asignados a un programa de ejercicio reportaron consistentemente una calidad de
vida significativamente mejor, en comparación con aquellos en los grupos de
control que no se ejercitaron; incluyendo un funcionamiento físico y autoestima
alta, menos fatiga, menor estadía en hospitales, y menos visitas médicas.
Actualmente,
algunas organizaciones contra el cáncer promueven hacer ejercicio como parte
del tratamiento convencional para el cáncer, aunque esta información no ha
trascendido completamente en la oncología general.
Dos
ejemplos de organizaciones que promueven el ejercicio en los pacientes con
cáncer son la organización Macmillan Cancer Support localizada en el Reino
Unido y la organización Johns Hopkins22 localizada en los Estados Unidos.
Ambas organizaciones alientan a los pacientes con cáncer a
ejercitarse 2.5 horas por semana.
Una
vez que se ha recuperado exitosamente del cáncer, hacer ejercicio también
disminuye sus posibilidades de reaparición. Un estudio publicado en el 2012,
descubrió que los pacientes con cáncer de seno y de colon que hicieron
ejercicio regularmente tuvieron un porcentaje de reaparición de la mitad en
comparación con aquellos que no hacían ejercicio.23
El
Ejercicio Combate al Cáncer en Muchas Formas
Al
explorar la relación entre hacer ejercicio y el cáncer, un estudio24 publicado en British Medical
Journal descubrió que hacer ejercicio afecta a varias funciones biológicas que
podrían influir directamente en el riesgo de tener cáncer, incluyendo los
cambios en el balance energético, la función inmunológica, las defensas
antioxidantes, la reparación del ADN, y los niveles hormonales.
De
hecho, simplemente no existe un mecanismo responsable de los efectos para
combatir al cáncer. Existen muchos, empezando con el hecho de que hacer
ejercicio disminuye la resistencia a la insulina, la cual es una estrategia
profundamente efectiva para reducir el riesgo de tener cáncer.
Al
crear un ambiente bajo en azúcares, combate fuertemente el desarrollo y
propagación de las células cancerígenas.
También,
esta es una de las razones por las que una alimentación alta en grasas tiende a
combatir el cáncer. Un punto clave a recordar es que mientras las células
normales pueden utilizar como alimento ya sea a la glucosa o a las cetonas
derivadas de las grasas, las células cancerígenas carecen de esta flexibilidad
metabólica y necesitan glucosa para sobrevivir y multiplicarse. Interrumpa su
suministro de alimentación, y efectivamente, las células cancerígenas morirán
por inanición.
El
ejercicio, el cual disminuye los niveles de azúcar en la sangre y normaliza su
sensibilidad a la insulina, tiene un efecto similar -- crea esencialmente un
ambiente que es menos propicio para el desarrollo del cáncer.
También,
hacer ejercicio ayuda a deshacerse del exceso de grasa y a mantener un peso
saludable (esto pasa particularmente con el entrenamiento en intervalos de alta
intensidad). El exceso de peso es un factor significativo de riesgo, y la
obesidad es responsable de un estimado de 500 000 casos de cáncer cada año
alrededor del mundo.25
El
vínculo entre la obesidad y el cáncer es principalmente impulsado por las
hormonas, ya que las células de grasa producen exceso de estrógeno.
Esto
también ayuda a explicar porque hacer ejercicio durante la infancia disminuye
el riesgo de tener cáncer, y porque los niños obesos tienen un riesgo significativamente
mayor de tener cáncer en su adultez.
La
actividad física también mejora la circulación, conduce más oxígeno a sus
tejidos, y mueve a las células inmunológicas en su sangre. Al mejorar el flujo
sanguíneo en su hígado, también ayuda a que su cuerpo se desintoxique de
sustancias potencialmente dañinas, incluyendo el exceso de estrógeno, el cual
podría estimular los cánceres sensibles al estrógeno.
La
Teoría Metabólica del Cáncer
Talvez
lo más importante es que hacer ejercicio promueve la salud de las mitocondrias. El daño
mitocondrial puede desencadenar mutaciones genéticas que pueden contribuir al
cáncer, por lo que optimizar la salud de sus mitocondrias es un componente
clave en la prevención del cáncer. De hecho, la disfunción mitocondrial es uno
de los factores principales de prácticamente todas las
enfermedades.
Al
forzar a las mitocondrias --esas pequeñas estaciones de energía que producen
ATP en sus células-- a trabajar más fuerte, estas empiezan a producir especies
reactivas al oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés), las cuales actúan como
moléculas señaladoras. Una de las funciones que señalan es producir más
mitocondrias.
Por
lo que cuando hace ejercicio, su cuerpo responde al crear más mitocondrias para
mantener los altos requerimientos de energía. El libro de Travis Cristofferson,
"Tripping Over the Truth: The Return of the Metabolic Theory of Cancer Illuminates a
New and Hopeful Path to a Cure" detalla muy bien todo esto, y es un libro
que definitivamente tienen que leer las personas que están interesadas en la
prevención o recuperación del cáncer.
El
ejercicio estimula a la AMPK y el SIRT1, que inhiben secundariamente a la mTOR,
y también estimulan la mitofagia y biogénesis mitocondrial, las cuales son
mortales para el cáncer. En esencia, el cáncer puede ser visto como un
trastorno metabólico, y la llave para la prevención y recuperación se encuentra
en restaurar la función mitocondrial y una mayor cantidad de
mitocondrias. Hacer ejercicio le ayuda en ambas cuestiones.
También,
además de crear un ambiente que combate el desarrollo del cáncer, otra razón
del porque la cetosis nutricional funciona bien para el cáncer es porque
también estimula la función mitocondrial y disminuye la inflamación.
El
Ejercicio Mejora las Posibilidades de Tener una Vida Larga y Saludable
Si
desea prevenir una enfermedad ¡haga ejercicio! El cáncer es
solo uno de los muchos problemas de salud en la lista que pueden presentarse
como resultado de una inactividad crónica. Su salud metabólica y
cardiovascular también depende en gran medida de hacer ejercicio. De hecho, uno
de los beneficios principales de hacer ejercicio es que mejora la sensibilidad
a la insulina y la leptina, y estimula su salud mitocondrial, ambas juegan un
papel decisivo en el cáncer y otras enfermedades crónicas.
Lo
ideal sería que estableciera un programa de ejercicio completo que incluya ejercicios de alta intensidad y entrenamiento de resistencia --los cuales
han demostrado ser particularmente benéficos para la prevención del cáncer. Le
exhorto a que considere caminar más, junto con su régimen de
ejercicio regular. Intente dar alrededor de 7 000 a 10 000 pasos (o una
caminata de aproximadamente una hora) diariamente.
También,
evite sentarse lo más que sea posible. Si puede, siéntese máximo 3 horas por
día o menos, ya que el mero acto de permanecer de pie desencadena cambios
benéficos en su cuerpo.
Naturalmente,
si tiene cáncer o alguna otra enfermedad crónica, necesitara personalizar su
rutina de ejercicios para que se ajuste a sus circunstancias personales,
tomando en consideración su nivel de fitness y su salud actual. Si a veces se
da cuenta que necesita hacer ejercicio a una intensidad menor, o de menor
duración, no se desaliente. Siempre ponga atención a lo que su cuerpo le dice,
y si siente que necesita una pausa, tome un momento para descansar.
Solo
comprenda que hacer ejercicio aunque sea por unos cuantos minutos por día es
mejor que no ejercitarse absolutamente nada, y probablemente descubra que sus
niveles de estamina aumenten con el tiempo, permitiéndole que realice más
ejercicios difíciles. Si su sistema inmunológico está severamente comprometido,
podría hacer ejercicio en casa en vez de visitar un gimnasio público.
Pero, recuerde que el ejercicio
básicamente le ayudará a estimular su sistema inmunológico, por lo que es muy
importante continuar con su programa aún si tiene cáncer o padece una
enfermedad crónica.
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